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Todo en la vida es cine

El mago de Oz (The Wizard of Oz)

El mago de Oz (The Wizard of Oz)

Dorothy (Dorita en el psicodélico doblaje de la época) era una niña que vivía en una granja de Kansas y su vida era en blanco y negro. En blanco y negro era el mundo que le rodeaba en un paisaje árido, y en blanco y negro eran las relaciones que frecuentaba, sin nadie de su edad que le comprendiera, tan sólo con su perro al que contar sus penas. Hasta que un día un tornado arranca su casa y le lleva al maravilloso mundo de Oz... que convierte toda su vida en color. Allí mata a la bruja malvada del Este y comienza la búsqueda del "wonderful Wizard of Oz". Y para ello tiene que seguir el camino de baldosas amarillas.

A lo largo de su caminar por el camino encontrará una serie de compañeros de viajes, cada uno con sus carencias. Se encuentra a un hombre de hojalata, que no tiene corazón y quiere encontrarlo; se encontrará a un espantapájaros que no tiene cerebro y lo busca deseperadamente; y, finalmente, se le unirá un león cobarde. Tal heterogéneo grupo irá a Ciudad Esmeralda para encontrarse con el mago y así tener todo lo que andan buscando. A lo largo del camino soretarán peligros y cuando lleguen a hablar con el mago éste les hará ver que todo está en su interior.

¿A qué viene todo este rollo? Pués resulta que hace unas dos semanas una compañera de trabajo que me veía un poco bajo en los últimos tiempos me regaló "El libro del ego" de Osho. El tipo es una especie de gurú indio que se dedica a dar charlas por el mundo (me imagino que previo pago, claro). Así que aproveché la "excursión" a Londres a comienzo de esta semana debido a que me debían unos días en el trabajo para leerlo entre los viajes de avión y en el Tube. El libro es muy discutible en muchas de las cosas que te cuenta, y tiene a veces un tufillo a secta que echa para atrás, pero hay dos ideas que se me han quedado grabadas.

La primera es que los problemas que tenemos nos los buscamos. Y los buscamos porque siempre necesitamos pensar en algo, tener la mente ocupada con algo, sentir que le importamos a alguien que se preocupa por esos problemas. En realidad (la mayoría de los casos) son problemas irreales, son problemas que tendrían una solución muy simple si miráramos en nuestro interior, tal y como el mago de Oz hace hacer a cada uno de los miembros del grupo de Dorothy. 

Y éso nos lleva a la segunda gran idea: vivir el presente, el "carpe diem" de los romanos. Nos cuenta como nos obsesionamos con el futuro, tan sólo nos preocupamos por pensar en qué nos va a ocurrir en el futuro, cercano o lejano, y nos olvidamos de vivir el presente, el momento. Y además, cuando ese futuro se convierte en presente nos olvidamos de él, no lo disfrutamos y nos dedicamos a pensar en otro futuro distinto, que desecharemos cuando se haga realidad. En definitiva, nunca disfrutamos de lo que tenemos, sino que vivimos de sueños y deseos futuros, sin pararnos a ver lo que tenemos. Soñamos con un camino de baldosas amarillas sin ver que estamos transitándolo constantemente.

Porque, en definitiva, todo lo que nos ocurre durante nuestra vida es parte de lo bueno que tiene, es parte de este milagro que nos ha tocado disfrutar. Y no podemos olvidar que tenemos que estar atentos a nuestro presente, porque por muy malo que sea nos va forjando el futuro, que no dependerá de lo que sueñes que sea, sino de lo que vayas haciendo en el presente para llegar a ese futuro. No te pongas a buscar un camino de baldosas amarillas porque lo tienes debajo tuyo, lo estás recorriendo continuamente, aunque a veces parezca que te has equivocado de camino... Como dijo Thoreau hay que procurar que en el momento de la muerte no nos demos cuenta de que en realidad no hemos vivido.

2 comentarios

caosymascaos -

Que bueno este post. para reflexionar y tenerlo presente siempre.

satrian -

Lo importante es disfrutar del camino de baldosas amarillas, en el están todas las maravillas de la vida, disfrutalas una vez pasadas no vuelven.