Lost in translation
La soledad del viajero es la incomprensión de todo lo que le rodea, de una cultura distinta, de un mundo distinto al que no consigue acostumbrarse por mucho que sea la única manera de no sentirse incómodo.
El problema es sentir la soledad del viajero en tu propio hogar. Cuando sales a la calle te sientes como un marciano. Es como si los lugares de siempre, aquellos en los que has jugado, reído, fueran lugares extraños. Los ves y sabes que los conoces, pero no consigues identificarlos. Te cruzas con tus vecinos, vas al trabajo, pero no consigues saber quienes son ni entender a esas personas que te rodean, pese a que tienes una ligera sensación de deja-vu. Y no sabes que todo es por la soledad. El llegar todas las noches a casa y no encontrarte a nadie. Saber que la ropa va a estar en el mismo sitio dónde la dejaste tirada, que la cocina estará igual de limpia o de sucia que cuando te fuiste, que quedarán los mismos platos por fregar. No poder contar tus penas laborales o simplemente vitales a nadie y tener que desahogarte hablando o golpeando a la pared.
Al principio esa sensación te gusta, la libertad de la que disfrutas. Pero poco a poco te hastía, te impregna y te mata poco a poco. La gente que te rodea deja de importarte, deja de resultar necesaria, interesante, hasta que te hundes en un pozo sin fondo.
Y cuando estas en ese pozo eterno, surge ella. No sabes de dónde sale, no sabes como ha aparecido, pero, sin saberlo, te ofrece el brazo y te ayuda a salir de la oscuridad. Y vuelves a reconocer el mundo que te rodea, vuelves a saludar a tus vecinos, a salir con tus amigos, y, sobre todo, estás con ella. Es tu amiga, tu confidente, tu desahogo, la persona que te ha devuelto la alegría de vivir.
Y un día, cuando os vais a separar la alcanzas corriendo y le cuchicheas al oído…
5 comentarios
hesisair -
Pero al final, de una manera u otra, siempre dependemos de ellas... para reir o para llorar.
satrian -
sí, sí, yo creo que son ellas las que se lo pierden.
adiosetes
josete -
Patri -
satrian -