Tarde de domingo rara

Las tardes de domingo comienzan todas igual. Tras haberte levantado tarde (la mayor parte de las veces) comes con desgana y te dejas caer sobre tu cama o el sofá sin saber que hacer, aunque ya sin la resaca de cuando eras más joven (la mayoría de los días). Algunas veces sólo puedes pensar en el trabajo que te espera al día siguiente (o esa noche). Pero la mayor parte de las tardes son tardes de melancolía. Por alguan razón que no entiendo las tardes de domingo me entristecen. Le das vueltas al pasado, cercano o lejano, le das vueltas a las oportunidades que tuviste y no aprovechaste, o a las que no tuviste. Te da por ponerte melancólico: no escuchas Sweet child omine o Vertigo, prefieres Boig per tu o Agua. No ves Californication o Gladiator, te tragas Antes del atardecer o Los amantes del círculo polar.
Hubo una época en que las tardes de domingo servían para algo. Bajabas a la calle a jugar, a correr o simplemente a charlar con otros mocosos como tú. Ahora, con cierta edad, ya sólo están para, si hay suerte, coleccionar cafés desastrosos con mujeres que dejamos de amar o que prefieren chicos malos para soñar. Y la mayoría ni para éso.
Las tardes de domingo son un incordio cuando ya ni siquiera el fútbol nos interesa. Pero algún día llegará la tarde y entonces...
4 comentarios
sisi -
hesisair -
satrian -
satrian -